año 1980
Óleo/ Tabla
13,5 x 17 cm
Obra muy pequeña en la que el artista vuelve a componer a base de franjas horizontales de color. El pintor aprovecha las distintas tonalidades de los campos manchegos para recrear una perspectiva casi infinita. Ocres, marrones, verdes y azules se superponen con maestría en este pequeño formato, por lo que se obtiene una obra íntima y equilibrada.
La firma aparece abajo a la derecha como «A. López Torres, 1980».
Donado por Eulalia y Carmen López Torres en escritura pública, 28.4.93.