año 1925
Óleo/ Lienzo
36,5 x 36,5 cm
Obra enmarcada en la segunda etapa de la carrera artística de López Torres y que coincide con su periodo de aprendizaje en la Escuela de Artes y Oficios de Ciudad Real.
En este lienzo el artista representa una naturaleza muerta, claramente influenciada por la herencia del bodegón barroco. Los elementos colocados en una mesa de madera se recortan ante el fondo oscuro y se aprecia el interés del pintor en representar los volúmenes de las frutas y objetos bañados por la luz, así como el interés en traducir los reflejos de luz de unos elementos sobre otros.
Esta obra fue pintada en la Pensión Cele, en la calle Toledo de Ciudad Real, donde el artista residió durante ese curso.
Aparece firmada en la esquina inferior izquierda como «A. López Torres -1925-».
Donado por Antonio López Torres en escritura pública, 27.10.78.