año 1958
Óleo/ Tabla
84 x 100,5 cm

Tabla de gran formato en la que el pintor describe otro paisaje con figuras, esta vez se trata de unos niños en un rastrojo. El que se encuentra más a la izquierda está sentado en el suelo con camisa clara y pantalón marrón, dirigiendo su mirada hacia la derecha donde se encuentra otro niño de pie y vestido con camisa violeta, pantalón marrón con parches y tirantes. Este segundo niño apoya su mano izquierda en su cadera y con la derecha está sujetando un saco. Su mirada se dirige al horizonte, hacia la izquierda del cuadro en actitud pensativa. Tras ellos en un segundo plano, aparecen dos niñas caminando de espaldas al espectador, la más alta de ellas lleva una cesta colgada de su brazo izquierdo.

Al fondo de esos personajes se extienden las pinceladas horizontales que crean el paisaje en perspectiva, compuesto por tonos cada vez más suaves y desaturados.

El pintor parece captar con este tratamiento en los fondos el calor de la escena y la lejanía vaporosa de un mediodía manchego.
De nuevo el artista vuelve a conseguir los volúmenes de los elementos no por contraste, sino por tonalidad mediante un estudiado uso de colores complementarios. En esta obra concretamente predomina el uso de la gama de violetas en contraste con los amarillos/ocres.

La firma aparece en la parte inferior derecha como «A. López Torres, 1958».

Donado por Antonio López Torres en escritura pública, 14.10.83.

Exposiciones